jueves, 13 de agosto de 2015

Constantinopla - Estambul - Fin del Viaje

 Fuimos turistas por unos días, recorrimos caminando toda la ciudad más de tres veces pero por suerte sin mochilas que era una gran diferencia. Al cruzar a Asia decidimos sentarnos en un grato lugar con alfombras y almohadones que se ponen para contemplar el atardecer de Estambul. Mientras esperábamos nos pusimos a enumerar todo lo recorrido, volvimos a recrear en nuestras mentes el camino y había sido largo, de muchas emociones, personas, lugares y aventuras.

A pie: 750 kilómetros
En Bicicleta: 1300 kilómetros 
Otros medios de transporte: 650 kilómetros
Dos grandes ríos: El Rhin y el Danubio y decenas de pequeños afluentes. 
Tres cadenas montañosas: Los Cárpatos, Los Balcanes y Las montañas de Strandzha. 
Ocho países: Holanda, Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungria, Rumania, Bulgaria y Turquía
Tres libros: Un tiempo para los regalos, Entre el Bosque y el agua y El último tramo.
Veinte y un hogares que nos brindaron hospitalidad.
Veinticinco noches de camping agreste. 
Setenta y siete días de viaje.
Siete idiomas: Holandés, Alemán, Eslovaco, Húngaro, Rumano, Búlgaro y Turco.
Cinco monedas diferentes: Euro, Forinto Húngaro,  Lei Rumano, Lev Búlgaro y la lira Turca.
Tres religiones: Católica, Ortodoxa y Musulmana
Innumerables gestos de hospitalidad y solidaridad. 

Cientos de experiencias tuvimos de espontaneidad pero me voy a quedar con una sola que representa a todas: camino al Patriarcado Ortodoxo Griego en Estambul para conocer el lugar donde se descubrió el manuscrito (palimsesto) de Arquímedes y luego de 15 kilómetros de caminata Quique dijo: tengo hambre paremos un poco por favor!
Doscientos metros más adelante y de manera espontánea un señor turco que estaba con otros en una plaza me llamó y sacó de una bolsa dos Kebab, dos potes de Ayrán (yogur natural con agua y sal) y me rogó que se lo acepte. Yo no entendía. Su rostro era de una gran bondad y con sus manos como en oración e inclinando su cabeza hacia abajo esperaba que acepte su comida. Con mucho agrado acepte y le agradecí y se puso muy feliz, fue muy extraño. 
Quique dijo: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá! 

Profundamente agradecidos a todos los que nos ayudaron y colaboraron en este viaje.



Atardecer desde Asia



Mezquita azul



Puente de Galata




Turquía nuestro octavo país!

Nos despertamos con un poco de dolor de cabeza, saludamos a Teodoro y pusimos rumbo sur-oeste hacia la parte más alta de las montañas de Strandzha, la distancia a la frontera era sólo de 10 kilómetros pero todo en subida. A medida que íbamos dejando atrás el pueblo de Marko Turnovo, era como dejar atrás Europa y gran parte de nuestro viaje terminaba. Cuando me daba vuelta se veía un gran valle, colinas y bosques. El camino estaba plagado de ciruelos y frambuesas, así que aprovechamos a desayunar. 
Parecía que la frontera se iba corriendo ya que no llegaba más, el único dato objetivo era un cartel que decía: Turquía 3 kilómetros! 
Cruzamos la frontera Búlgara sin problemas y después de un kilómetro la bandera roja con la luna menguante blanca flameando nos indicaba que habíamos llegado a Turquia. Lo primero que vi fue un ejemplo de lo que vería de ahora en mas y era la vida social callejera masculina: tres turcos tomando té en vasitos de vidrio junto a una tetera calentada a leña, fumando con una larga pipa y entre ellos hablaban muchísimo en un idioma que no podía descifrar una palabra, bueno sólo una: Merhaba! (Hola!)
Comimos una lata de sardinas con tomate en la frontera Turca y disfrutamos de todo lo nuevo que veíamos. Estábamos en nuestro octavo país! 
Todo lo que habíamos subido ahora era en bajada, el camino se hizo muy aburrido hasta la ciudad de Kirklareli ya que es sólo autopista. Aún nos faltaban sólo 180 kilómetros y la mayoría era de autopista y nuestro vuelo a Londres era en cuatro días, así que tenía más sentido tomar un colectivo a Estambul y caminar los 180 kilómetros en Estambul recorriendo y aprendiendo.









Típico vaso de te turco

martes, 11 de agosto de 2015

El otro muro de Berlín: Strandzha (Segunda Parte)

Antes de subirnos al Lada, Teodoro nos pidió los pasaportes para corroborar que no tuviéramos problemas con la policía, se puso los anteojos y confirmó que teníamos todo en regla y dijo: vamos que les voy a mostrar este pueblo y poniendo las manos al volante continuó: LADA Rusia number one!!
Fuimos al museo de Malko Tarnovo donde se podía ver la historia de los Tracios, luego y con mucho orgullo nos indicó con la mano que lo siguiéramos y a unos cien metros de allí nos mostró la Iglesia y dijo: Catholic! Me llamó la atención que en un pueblo tan alejado de Roma y tan cerca de Constantinopla haya una iglesia católica. Teodoro con su inglés básico nos explicó que el pueblo había sido visitado por el papa Juan XXIII y Juan Pablo II y la razón era esa iglesia católica. 
Durante la ocupación otomana la iglesia Ortodoxa había mirado para otro lado los problemas de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, entonces recurrieron a los Católicos y los ayudaron y en esa época se fundaron algunas iglesias católicas. Cuando los Otomanos fueron vencidos en la guerra de los Balcanes volvieron a ser ortodoxas y muy pocas continuaron siendo católicas como en Malko Tarnovo. Antes de asumir como Papa, Juan XXIII era el Obispo de estas iglesias. 
Teodoro trabajada como Ingeniero en Geodesia en las montañas de Strandzha y además cobraba una jubilación dado que había sido militar en la época comunista. Le gustaba cazar y nos contó que había casado dos lobos (la palabra fue fácil: lupus) , muchos jabalíes y ciervos. (Aunque dijo que estaba prohibido)
Después nos invito a tomar una cerveza al bar que siempre frecuenta, saludo a sus amigos y les contó que éramos Argentinos y que veníamos de Holanda. En el bar había retratos de Stalin y de Lenin como si el tiempo no hubiera pasado. 
Invité una segunda tanda de cervezas y llegó al bar un Físico especializado en nanotecnología llamado Dimitri que hablaba español ya que había trabajado en Barcelona después de la caída del muro. Y entonces nos pudo contar en detalles muchas acontecimientos de Bulgaria y de la época del Comunismo. 
Nos contó que después de la caída del muro sus padres y él habían perdido todo el ahorro de una vida que tenían guardado ya que el banco central comenzó a emitir más allá del respaldo. La gente ahorraba para comprarse una casa o un auto debido a la falta de créditos hipotecarios. (historia que nos resultaba familiar). 
Teodoro y Dimitri tenían la misma edad (58) pero se notaba la diferencia de ideologías: uno había sido militar en la época del comunismo, hablaba ruso perfecto y gozó de su jubilación. En cambio Dimitri siendo Físico lo echaron de la empresa de semiconductores (quizás por no ser acérrimo comunista) y tuvo que vender naranjas para alimentar a su familia.
Dimitri le encantaba hablar dando cientos de detalles y recorrió toda la historia Búlgara, desde los Tracios hasta la caída del Muro. Incluso nos contó cómo se formó el Mar Negro debido a la ruptura de la Isla de Santorini!! 
Entre charla y charla nos habíamos tomado 3 cervezas y aún no habíamos comido! Nos despedimos de Dimitri y nos regaló una nueva cerveza. Teodoro nos llevó a un edificio típico soviético donde dejamos las mochilas y nos hizo seña como de ir a comer. 
Pidió la comida para los tres: Šopska salata!, una ensalada típica Búlgara hecha con tomate, cebolla, pepino, pimiento asado y queso blanco de oveja (queso sirene o feta) acompañada de un vaso de rakia, un licor de altísima graduación alcohólica (grapa). 
Brindis tras brindis repetíamos: Nazdrave! (Nuestro típico Salud!) y Teodoro al mirar la ensalada y el licor decía: Perfeto!! 
Salimos del restaurante y al subir al Lada veo que Teodoro no podía arrancar, me bajé para ayudarlo y me mostró la llave partida. Saco del baúl sus pertenencias y comenzamos a caminar por la oscuridad de las calles del pueblo. Varias veces se le caían las cosas a Teodoro dado que zigzagueaba bastante y al ayudarlo me di cuenta que habíamos tomado de más. Teodoro era el más afectado y nosotros mientras caminábamos nos reíamos con Quique porque no sabíamos adonde íbamos y si llegaríamos al lugar donde estaban nuestras mochilas. Había sido un día muy largo desde que comenzamos a caminar desde Kosti, puse la cabeza en la almohada y quedé rendido.



Teodoro



Šopska Salata y rakia (Para recordarlo hay que pensar en la bandera de Bulgaria!) 




Museo de Malko Tarnovo - Las columnas que se ven son de la época de los Tracios
La construcción de madera es típica de la zona




Lugar donde paró Juan XXIII y Juan Pablo II en Malko Tarnovo



Una de las pocas iglesias católicas de Bulgaria 

domingo, 9 de agosto de 2015

El otro muro de Berlín: Strandzha (Primera Parte)

Nos levantamos muy temprano y nuestra mascota Wilson no estaba, seguramente había encontrado un dueño en el tranquilo pueblo de Kosti. Nos liberó del trabajo de emigrarlo de Europa! Tomamos nuestro yogures naturales habituales y salimos caminando siguiendo nuevamente el Río Veleka. Le pregunté en inglés a una anciana por agua mostrándole la botella vacía y me contestó: Neró! En seguida recordé la lectura del genial libro: El coloso de Marusi de Henry Miller cuando llega a Atenas y es la primer palabra que aprende de Griego. ¡Seguramente los padres de esta anciana hablaban Griego y era de los antiguos habitantes Griegos de Kosti!

Avanzamos siguiendo el curso del Veleka y por suerte el camino estaba muy bien marcado. En seguida nos metimos dentro del bosque y comenzamos a ascender. Las montañas en Strandhza no son muy elevadas, alrededor de 400 metros, pero el bosque es muy denso. 

Por el camino pasaron solamente unas camionetas de marca rusa LADA y unos camiones con sierras y grúas con trabajadores de aserraderos. Los ejemplares de robles del bosque eran magníficos y durante kilómetros fue la única especie de árbol que vimos. Cada tanto aparecía algún manzano y ciruelos. Las ciruelas rojas y amarillas ahora estaban a punto y no como en Hungría hace un mes atrás que estaban bien verdes. 

Una camioneta verde Land Rover Defender con las palabras: Гранична полиция (Policía de Frontera) nos paró y sorprendidos bajaron dos policías armados con actitud hostil y nos pidieron pasaporte. Nosotros estábamos sentados tranquilos bajo la sombra de un roble despreocupados comiendo semillas de girasol! Llamaron por teléfono y hablaban entre ellos en Búlgaro durante 10 minutos hasta que me pasaron el celular para que hablara en Inglés con la persona que estaba al teléfono. Le expliqué que viajábamos a pie, la razón de nuestro viaje, hacia dónde íbamos y al entender seguimos adelante sin problemas.

Continuamos caminando y de pronto a 20 metros paralelo a nuestro camino comenzamos a ver un antiguo alambrado de unos 2 metros y medio de alto con alambre de púas como si fuera una frontera de guerra.

Esta región entre 1961 y 1989 era una alternativa de jóvenes alemanes, polacos, checoslovacos, rumanos, etc..para escapar y según habían escuchado era más fácil que cruzar el muro de Berlín. Del otro lado estaba Turquía que en esa época comenzó a ser miembro de la NATO y así que era una vía de escape del comunismo. Según un artículo escrito por Kapka Kossabova (NOWHERE STRANGER THAN STRANDJA) por aquí intentaron pasar 4500 jóvenes, un 3% tuvo éxito, un 2% fueron ejecutados y el resto arrestados. 

El alambrado del comunismo fue abierto recién en el 2013! Y no se permitía la entrada aquí sin un guía. En realidad era un doble alambrado electrificado con alarmas, separado a una distancia de 500 metros y en el medio un campo minado que fue minuciosamente desmantelado. (Por suerte!)

La paradoja es que había leído en el 2014 que Bulgaria pensaba construir un muro para evitar el paso de ilegales proveniente de Siria, Palestina, Norte de África,...Durante el 2014 encontraron 30000 ilegales queriendo entrar en esta región y esperaban más.

Al atardecer llegamos al pueblito de Malko Tarnovo a 9 kilómetros de la frontera con Turquía y un señor llamado Teodoro, muy amable, se ofreció a mostrarnos el pueblo y a hacernos de guía en su camioneta rusa LADA...


Camioneta de las Policía Fronteriza Búlgara



Antiguo alambrado comunista entre Bulgaria y Turquía 



Alambrado construido en la frontera Búlgara y Turca para evitar el paso de ilegales y miembros terroristas yihadistas. fuente: http://europauniversal.blogspot.com.tr/2015/04/bulgaria-extendera-la-construccion-de.html


Teodoro y su camioneta Rusa LADA



sábado, 8 de agosto de 2015

Río Veleka - Brotilovo - Kosti (Bailarines del fuego)

Al levantarnos el viento del este había dejado de soplar y no estaba nublado, así que tendríamos un húmedo y caluroso día siguiendo el curso del Río  Veleka. Comenzamos a caminar y no pudimos evitar que nuestro perrito dejara de seguirnos. 
Unos días atrás había recibido la respuesta por mail de Nick Hunt, un viajero inglés que hizo el mismo viaje en 2011:

"...follow the Veleka River inland through the Strandzha National Park to a place called Kosti, and from there through the forest to Malko Tarnovo - this is the town from which you cross the border into Turkey.
The Strandzha is beautiful - but I got terribly lost there, so make sure you have good directions/ a good map..."

"...seguí el río Veleka tierra adentro a través del Parque Nacional Strandzha a un lugar llamado Kosti, y desde allí a través de la selva para Malko Tarnovo - esta es la ciudad de la que se cruza la frontera hacia Turquía. La zona de Strandzha es hermosa, pero me he perdido muchas veces, asegurate de tener un buen mapa y buenas referencias..."

Me recomendaba ir por la ribera sur así que haciendo caso cruzamos el puente en la ciudad de Sinemoretz y el camino se veía impecable. Después de unos kilómetros ya teníamos dudas y luego más dudas debido a que el camino se bifurcaba o simplemente terminaba. Al salir unos metros del bosque el camino se perdía completamente por el crecimiento de las plantas de frambuesas y se hacía cada vez más difícil avanzar por las espinas que raspaba nuestras mochilas, piernas y en mi caso mi pelada monacal bronceada.
Cada vez que veíamos el río nos tranquilizábamos y Wilson (apodo que le pusimos a nuestro perrito fiel) se zambullía y reaccionaba con mucho miedo de las decenas de ranas que saltaban de la orilla. Sólo vimos una víbora grande por suerte y al caminar hacíamos ruido para que se asusten.
A mediodía cruzamos el pueblito de Brodilovo, cargamos agua fresca, dormimos en una pequeña plaza y continuamos. Wilson estaba muy cansado, le dimos agua y se quedó dormido debajo de una mesa de madera.
Tratamos de no hacer ruido al irnos, así Wilson se quedaba a vivir en ese pueblito pero después de 200 metros de caminar lo teníamos nuevamente detrás nuestro. Cada tanto seguía el rastro de liebres, desaparecía en el bosque y aparecía delante nuestro como indicándonos el camino.
Por suerte el sendero se hizo más evidente y después de 8 horas de caminata y sin cruzarnos a nadie llegamos al atardecer al pueblo de Kosti. 
En Kosti sólo viven 250 habitantes y antes de 1913 el pueblo era completamente Griego y después de la guerra de los Balcanes se tuvieron que ir a Grecia y vinieron los Búlgaros que vivían en Turquía. En el pueblo quedó una antigua tradición pagana, parece ser que vienen de la época de los Tracios, llamada nestinarstvo y se trata de personas que bailan en el fuego cada 4 de agosto en la fiesta del profeta Elias. Era 4 de agosto!
Compramos dos yogures y pregunté por la fiesta y una gitana me dijo: Mine (algo así como que había terminado) Y me mostró un círculo de brasas al lado de la iglesia. La fiesta había sido el sábado.
Quisimos acampar cerca del río pero un joven gitano nos preguntó: problem Police? Y le dijimos que no y comenzó a ofrecernos para guiarnos por la frontera hasta Malko Tarnovo 35 kilómetros por el bosque y de a poco se puso bastante molesto así que decidimos volver al pueblo.
Allí sentados en la plaza se nos acercó una mujer de alrededor de cuarenta años vestida como alguien que no vivía allí y nos preguntó en un excelente Inglés: Están bien? Dónde van a dormir? 
Le conté un poco de nuestro viaje y del problema con el gitano y al enterarse que éramos Argentinos me dijo: conozco Argentina, bailo el tango, soy escritora de viajes y he escrito sobre tu país. Ahora hace un tiempo que viajo en esta región porque quiero escribir la historia de el final de Europa: La Strandhza!
Charlamos un poco mas y le contamos de nuestro viaje y me sorprendió que conocía a Patrick Leigh Fermor, la única persona en todo el viaje desde Holanda! 
Inmediatamente llamó por teléfono al intendente del pueblo y nos hospedamos en la Intendencia donde había una casa con agua caliente! 
Al intercambiar nombres el suyo me resultó conocido. 
Después supe que se trataba de la famosa escritora de viajes Kapka Kassabova, cuyo libro: Street Without a Name había estado en mis manos dos meses atrás en una librería de viajeros de Londres! Gracias Kapka!!!



Bailarines del fuego - Strandzha



Kosti - Los papeles pegados son anuncios necrológicos de gente fallecida de la región, una tradición Búlgara 



Kapka



Wilson, nuestra mascota




jueves, 6 de agosto de 2015

Mar Negro - Schwarzes Meer - Marea Neagra - Cherno Moré - Kara Deniz

Caminamos durante tres días desde la ciudad Balnearia Burgas en el Mar Negro, pasamos por Sozopol (la antigua Apolonia), Primorzko, Kiten, Ahtopol, Tsarevo y Sinemorets. Al llegar el atardecer siempre teníamos la misma rutina: caminata por la arena para refrescar los pies, un buen baño en el mar, una cerveza búlgara Kamenitza con dos porciones de satsa (corralitos con limón) en un bar de la playa, dormir en las reposeras con el fresco del mar y el ruido de las olas. 
Nuestra intención era llegar al límite con Turquía y cruzar un pequeño río limítrofe pero nos informaron que estaba prohibido, especialmente en este momento que muchos Inmigrantes ilegales Sirios estaban cruzando a Europa por esa zona. Entonces tendríamos que ir hacia el oeste y caminar 75 kilómetros por el confín de Europa en una zona montañosa llamada Strandja (Extraña) que tiene historia desde los Tracios hasta nuestros días para luego entrar en Turquía en lo más alto.
Así que llegamos al pueblo de Sinemoretz y acampamos junto al mar y a la desembocadura del río Veleka. Allí el río forma una gran lengua y un banco de arena. Por un lado esta el mar bien azul profundo, se notaba que a pocos metros ya había gran profundidad y a escasos metros del otro lado del banco de arena el agua dulce y calma. El viento era intenso desde el este y no le permitía al río desembocar en el mar
 El río Veleka cruza de oeste a este toda la cadena montañosa que divide Turquía y Bulgaria, casi 150 kilómetros y termina con meandros en el Mar Negro.
Nadamos un poco en el río y cenamos unas latas de sardinas al tomate y luego disfrutamos, tirados en la arena, de las estrellas que se podían ver cuando las nubes nos dejaban unos huecos. 
Me fui a dormir sabiendo que abandonábamos el mar y también las certezas del camino. Nos tocaban unos días de montaña, río con vegetación selvática, mucho calor, humedad, víboras, cientos de insectos y alta incertidumbre ya que no teníamos camino salvo seguir el curso del Río Veleka.


Foto de Internet de la desembocadura del Río Veleka en Sinemoretz 

viernes, 31 de julio de 2015

Fin del segundo y último* libro de Fermor

Me hubiera encantado recorrer como Fermor la isla Ada Kaleh, una isla de dos kilómetros de largo mas cerca de Los Cárpatos donde sólo vivian Turcos ya que por los Tratados de Berlín y Versalles les permitieron seguir estando a pesar de que el Imperio Otomano había perdido la guerra de los Balcanes. 
Sus moradores, eran probablemente descendientes de los soldados de uno de los primeros sultanes invasores de los Balcanes. La mezquita contenía la alfombra mas grande del mundo, regalo del Sultán y tenían una gran fortaleza, según Apolonio de Rodas, los argonautas anclaron en la isla, algunos dicen que el primer Olivo de Grecia provenía de esta isla. 
Fermor recorrió su calles, fue invitado por un grupo de ancianos con feces (gorros) y realizó el ritual de bienvenida del pueblo turco: primero bebió raki, bebió agua, luego comió una cucharada de mermelada de pétalos de rosa, siguió con medio vaso de agua para terminar sorbiendo un café denso. Completó el rito vaciando el vaso de agua y aceptando tabaco.
Todo este clima Otomano se podía ver hasta el año 1972! Pero hoy se encuentra 20 metros abajo del agua! 
Las puertas de Hierro es el actual nombre de una de las represas Hidroeléctricas mas grandes del mundo que se construyó en el periodo comunista en 1972 entre Rumania y Yugoslavia. Fermor sentado en una mesa mirando el gran lago artificial escribe 50 años después de haber estado allí:

"Esto ha transformado doscientos diez kilómetros de Danubio en un estanque inmenso que ha engullido y emborronado el curso del río hasta dejarlo irreconocible. Ha suprimido cañones, convertido riscos imponentes en suaves colinas y ascendido el hermoso valle del Cerna casi hasta los Baños de Hércules. Muchos miles de habitantes de Orşova y de los villorrios ribereños tuvieron que abandonar sus hogares y mudarse a otros lugares. Los isleños de Ada Kaleh han sido trasladados a otro islote río abajo y su antigua morada ha desaparecido bajo la quieta superficie como si nunca hubiese existido."

Los Minaretes de la mezquita fueron dinamitados para evitar el choque de algún barco y reconstruyeron la fortaleza y las casas en una isla río abajo para que los turcos se mudarán, nunca lo hicieron, algunos volvieron a Turquía y otros a la ciudad de Constanza (Rumania) en El Mar Negro. En el año 2009 visité la Mezquita de Constanza y pude caminar por la alfombra de Ada Kaleh que fue trasladada allí, recuerdo que fui muy bien recibido aunque sin raki ni café. 
Intentar seguir el viaje a Patrick Leigh Fermor es como querer pisar la sombra de un fantasma, siempre esta adelante. Si veíamos un castillo en una colina, él lo había escalado, si mirábamos un valle él lo había cruzado, si encontrábamos algún dato histórico él había escrito en detalle, si veíamos un ave de color azul él la había descripto y hasta sabía su nombre en Rumano. 
No podía seguir al pie de la letra sus pasos pero me daba paz saber que aún había otros viajes para hacer en los próximos años, especialmente en la zona de Rumania. 

* Fermor murió en el año 2011 y nunca terminó su tercer libro que lo llevaría desde Las Puertas de Hierro hasta Constantinopla y de allí al Monte Athos donde cumple sus 20 años. 
Hace poco se publicado el Libro: El Último Tramo (De Las Puertas de Hierro a Constantinopla) su biógrafa y un amigo viajero recopilaron escritos y terminaron la trilogía. Por suerte lo tengo en mi mochila y decidí que comenzaría su lectura a partir de cruzar las Puertas de Hierro.
A partir de mañana cruzaremos a nuestro séptimo país Bulgaria (La Tracia) y luego Turquía pero ya con otros ojos, Fermor al no terminar su obra nos da un poco de libertad para viajar. 
¿Nos recibirán en Turquía como ha Fermor? 



Postal de Ada Kaleh en los tiempos de Fermor




Ada Kaleh









Aún se podía visitar Ada Kaleh en 1968!



Lugar donde está sumergida la isla actualmente



Represa Hidroeléctrica Las Puertas de Hierro